De UN PEDAZO DE AZUL PARA EL NAUFRAGIO
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(...) Un pedazo de azul para el naufragio no menciona a Cuba, pero es sobre Cuba, y al mismo tiempo, la trasciende...

Uva de Aragón



DEFENSA

Estoy tranquila
de espalda a las ausencias, y vienes
del otro lado del mar a recortarme el tiempo,
a desnudar las sombras y a convocar inviernos.

Vienes,
y es como si de pronto quedaran ya
sin alma los hijos de la vida.
Como si no tuvieran ya, nunca más, ni luz ni cara
los espejos.

Traes la ríspida ansiedad del viento huracanado,
del náufrago, de las arenas que arremolina el aire
arañando hasta el pliegue más tibio
de la infancia.
Tan lejos de la playa como del pan el hambre
y del afán los muertos.

Vienes,
y no sé con qué voz acariciar tu queja.
Qué palabra, qué refugio inventar para esconder
el fuego de la culpa y el grito de la llaga.

Pero…,
hay tanto amor iluminando el aire
tanto azul acariciando orillas,
tanto pájaro ansioso sin estrenar el vuelo,
que no podrá tu filo de miserias
ni apaciguarme el brío, ni lastimar
mis alas.


FUSIÓN

No, no es decirle al polvo
que no es polvo, ni al mar que es sangre,
ni a la sangre, tierra
No es apresar el agua entre los dientes,
quemar el charco del olvido,
beber la arena de los sueños.

Es sabernos de pie, insumergibles.
Devueltos los pedazos pieza a pieza.
Altivas en cada azul,
cada hilacha de sol, cada recodo,
cada huella apresada,
cada hoguera.
Es mirarnos de frente, sin orillas.
Es regresar al cauce, a la raíz,
al útero materno.

(Islas las dos
creciéndonos al golpe del hachazo
y al filo del encono y del injerto)


ISLA

Atrás el mar
gritando su cansancio de rutas
y naufragios.
Su cansancio de cuerpos con los brazos
en cruz, con los ojos vacíos,
con la sangre de cal y con el miedo
vivo.
Atrás el mar. Y al frente.
Y siempre el mar.

(Un pedazo de muerte
rodeado de agua por todas partes)


CARACOL VACÍO

No importa
que se abran el pecho las angustias
ni que corra la sangre
de la ausencia
ni que estallen a gritos
los silencios.

No importa
que esté de pie y de frente
si en la isla que soy
y que me apremia
alienta el caracol deshabitado
que vive un pedacito
de su muerte.


LA MÁS FERMOSA

"Hágase la luz…"
Y amaneció la Isla en todo su esplendor
de virgen, de mujer, de diosa fecundada.
No lo sabía el Almirante
que trazaba rutas hilvanando sueños.
No lo sabía el viento que alentaba las velas
ni el beso de las naves que orillaban sus curvas.

"Buen día, Reina…"

parecía gritar el asombro marinero
al avanzar en hito deslumbrado
la más viril y ardiente de las quillas
mezclando voces, cuerpos,
sangre y suelos.

"Hágase la sombra…"

Siseaba en solitario la madre de las sombras
cerrándose de golpe las ventanas del tiempo.
Anocheció la luz y uno a uno
–como velas de altar– se apagaron los verdes
y se quebró el azul.

No pudo presentirlo el Almirante.
Ni tú, ni yo, ni historias, guerras, mitos,
colores y banderas.

(Quizás
–¿quién sabe?– ya lo sabía Dios)


DESUBICADA

Al margen del camino
y las verdades.
Desde el sitial de luz que me negaron.
Por la orilla escabrosa, la piel del tiempo,
el horizonte ardido.
Plantada en el camino con mi raíz
de junco y roble.
Al margen de mí misma.
Colgada de la cruz y por la cruz
abierta.


INTERROGANTES

Alguien
ara en la noche febrilmente.
Alguien
hace guiños detrás de los espejos.
¿Qué semilla
germinará en el surco
huérfano del semen mítico ¿Qué sol de estío
para un surco muerto?


SUICIDIO

Amaneció temprano
y desperté con la mirada sola, fría y bruta
de fusil cargado.

Detrás del sol –anoche y cada noche–
retozan por las sombras los duendes
del recuerdo
y brujas desveladas desfilan a chillidos
removiéndome culpas y guijarros.

Pero hoy… Hoy amaneció temprano
y asustados, a una voz, de un golpe
–de sal y escamas el suicidio–
se tiraron al mar dejándome
con la mirada sola, fría y bruta
de fusil cargado.


HASTA ENTONCES

Están apuntalando las columnas
del templo, pero sigue el hambre
devorándolas.
Viste de rojo el oficiante
y en un blanco sin luz se asfixia el atrio.
De rodillas la cruz, alta la ofrenda.
Testigo en vuelo la paloma blanca.

(Asistiré al oficio
cuando llamen a fiesta las campanas,
se levante la cruz
y vista de azul el oficiante)


LA SED

Es la insaciable sed
del leño, del polvo, del peñasco.
Del que ha pisado agujas y desnudado inviernos.
Del paria o peregrino
que al hombro lleva su transmutado ser,
su sangre y su semilla.
La sed de las cenizas y la arena.
La que sube a los ojos y a la boca
y nos transita
arañando la piel y lastimando ausencias.
Ésa que fija al paladar la lengua descreída
sin dejar que se aviven en temblor,
o en chispazo de luz, la voz
y la palabra.
Hoy le pregunto al tiempo y al oráculo
quién me niega la fuente,
el cuenco de agua que la espante.
Quién me condena a esta sed oscura,
a esta espera inhóspita, a este llevarme
al hombro como si yo
y los otros y todo lo que cargo fuera resto,
lodo, esquirlas o el fardo exacto
que me sobra.

Y me rehuye el tiempo.
Y todo a gritos me condena a esta insaciable sed
de leño, de polvo, de peñasco.


AVISO

Estoy anclada
entre dos islas, dos puertos, dos volcanes.
Con el hambre y la orfandad hurgándome
esta llaga que es saberme anclada
sin remedio.

Desde una esquina del ayer
me asaltan hoy,
sin saber cómo ni por qué,
nombres, rostros, culpas, ausencias,
amores olvidos y re-encuentros.


REGRESO

Ardo en las cuatro esquinas
de la ausencia.
Clamo, acuso, condeno.
Inútilmente, grito.
Huyen los perros mansos
y los fieros.
Acude el tiempo.

Me busco en los rincones
y como no estoy,
regreso.


"CEMENTERIO MARINO"

Ya no creo en el mar.
Se ha teñido de sangre tantas veces
que sabe a muerte, a náufrago, a derrumbe.
Qué sé yo cuánto hueso se pule en sus orillas.
Cuánto grito de espanto se ahoga en sus entrañas.
Cuánto sueño de luz amortajan sus aguas.
Si alguna vez fui canto de su canto,
hoy lo doy. Lo cedo. Lo regalo.

(A ver quién baja a rescatar esa piedra angular
que se ha tragado)


PIEDRA ANGULAR

Por caminos de agua
salgo a buscar la roca donde asentar
mi tienda,
y sólo encuentro arenas movedizas,
sombras, ruinas…
y esa mujer extraña que me sigue,
acosa, reta, recrimina.

(Olvidé que las piedras angulares
no saben de intemperies,
ni tiendas, ni fusiles…
Ni de extrañas vestidas con mi nombre,
mis huellas y mis culpas)


HIJOS DE LA NOCHE

Era el portal del Paraíso.
El recodo de sol que esperanzaba al hombre,
que inventaba mañanas,
que entretejía sueños, que aprendía el perdón
y anidaba palomas.

Aunque no era extraño a los hijos de la vida
ni culpa, ni castigo,
ni el sabor agridulce del pecado,
más allá del portal
no osó violar Abel sentencia y fallo.

Pero llegaron los hijos de la noche
y se atrevió Caín entre lagartos
y enmudeció el sinsonte
y asomaron de golpe
los escorpiones todos y todas las serpientes
y volaron en círculo los buitres
y afiló su aguijón el alacrán del monte.

De miedo y de orfandad a gritos
se pobló la Tierra,
y surgieron a gritos las ausencias,
los caminos sin rumbo,
y el rojo-hediondo-hueco del Infierno.

Nadie vio el revés de la moneda,
la daga, la sangre, el encono herrumbroso
del cuchillo.
El odio fratricida
que quebró de un golpe el sueño azul de Abel
en su infortunio.

(Ciegos estaban
los ojos de las tumbas cuando llegaron
los hijos de la noche)


TIEMPO

Se tumba el sol
quemando sus orillas
y se levanta el grito oscuro
de la noche:
Áspero azul de cuervos
rasgado por un tiempo roto.

Tiempo de fiebre, de látigo
y relámpagos.
Tiempo de Dios sin Dios
clavándose al calvario.

(Tiempo:
huellas de pie sobre el incendio)


CON TODO LO QUE SOBRA

Este esperar
el canto del jilguero, la magia repetida
de la fuente, el nido, el árbol,
el alero.

Este afán
desollado que no sabe
si cerrarle de un golpe las puertas al olvido
o proclamar el reto, aferrarse a la rabia
y con todo lo que sobre
alimentar la furia del incendio
que se empeña en arder sin tregua
por la herida.


BURLA

Mañana
es un lugar ajeno con sabor a verdes
y color amargo.
Alguna vez –ya no sé cuándo-
Mañana fue una caja de Pandora
que abría cada noche atesorando
instantes.

Mañana
es esa amiga
que no sabemos si esperar
o si olvidar de espaldas
al recuerdo.
(Mañana
es una burla en los espejos)


"UNA VIDA NO CABE EN LA MEMORIA" (J.G)
Desde una esquina del ayer
me asaltan hoy
sin saber cómo ni por qué,
nombres, rostros, culpas, ausencias,
amores, olvidos y reencuentros.

Toda la luz del mundo
sin bridas asomando en la mirada.
De flor y lumbre el hoy.
Todo presente.
Desmembrados y ajenos el luego,
el antes, el mañana.

Toda la luz del mundo desgajada
en aluvión sin tregua de mentiras,
de fugas, de blasfemias,
de gritos, de fusiles, paredones
y muertos.

(¿Cómo puede caber tanto
en el recuerdo?)


AQUI

Hablaba el duro asfalto
de las calles,
hablaba el mar en su goñpear de siglos
y como un eco blando y redondo que crecía
hablaban todos –repetida Babel–
con voz de arena y polvo.

Y yo aquí,
testigo del naufragio.
De par en par abiertas las puertas de la vida
y la vida corriendo... Desbocado su cauce,
río abajo las piedras, río abajo el desecho
de tanto andar a medias y a medias
despedirse.

(Y yo aquí.
Esperando el milagro del olvido
o del encuentro)


HASTA SIEMPRE

Por tu herida
busqué tu sangre toda, por mi herida
surcaste mis mareas.
Herederas las dos de un mismo viaje,
alto el linaje de bandera.
Una las dos en deagarrón de grito,
en funeral de asombros y en negación
de entrega.

Por tu herida y herida
surcándonos alisios y huracanes,
reptiles y palomas,
duendes y presagios en comunión
de miedo.

(¿En qué cósmico azul
se abrazarán mi orilla y tu ribera?)


ES TIEMPO

Al borde de los canales que pasan por Babilonia
nos sentábamos llorando al recordar a Sion.

Salmo 137.1


Tú que vas jeremiqueando
voz a rastras y alma a cuestas,
sabe, amiga,que no es hora
de gemir con plañideras
ni de esconder el canto
ni de encerrar el brío
ni de enterrar los muertos.

Es tiempo ya de dar la cara,
romper diques, plantar banderas,
rugir con garra pronta y afilado colmillo
sin esperar a rey pagano
que en migaja de gloria nos salve,
nos devuelva o nos reinvente.


RENUNCIA

No me resigno
a esta misión de paria y ando por vericuetos
y derrumbes persiguiendo las huellas
que me habitan.
No me resigno al nombre que no es mío,
al verde desollado,
a la lágrima seca, a las ausencias,
al tiempo que cabalga sin relojes
y a relojes sin tiempo.
No me resigno
a estar ausente, huérfana, desposeída
y desando horizontes
arropando soledades heredadas
y míticos deslumbramientos.

No me resigno
a este papel sin máscara, sin luces, sin libreto.
No me resigno y por salvarme, abandono la escena.
Renuncio. Vuelvo a casa.
Me reciben los brazos de mí misma.


ES OTRA COSA

Salí a buscar el rastro del silencio
y sólo hallé el ladrido de los perros
y al viento hostil mordiendo
la piel oscura de la noche.

No es que intente recobrar el canto
del ave en el alero, ni la pizca de sal,
ni el pan al horno.
Ni siquiera la brújula que apunte al Sur,
o el sol del este, o la estrella Polar.
Es otra cosa.
Es este pisotear de nubes y de arenas.
Este aluvión de ruinas mirándome con hambre
en los espejos.

Es saber
que más allá del horizonte, detrás del mar
y las orillas,
arando sangre a sangre por la espalda tenaz
persiste el hierro.
Es saber
que no hay voz ni flecha ni relámpago
capaz de abrir a tajos los ojos de las piedras.
Es este despedirme de mí misma
sin saber si es partida
o es regreso.


ES HORA

Hay algo extraño,
irreverente, en esperar sin tregua
el corte de la daga o el juicio de los que ya fueron
sentenciados.
De los que una y otra vez se desgarran la piel
y ofrendan de rodilla su sangre
coagulada.

Es hora de relamarle al hombre
cada zarpazo, cada acecho, cada trampa.
Es hora de arrancarle al miedo su enquistado silencio
y a la mentira su veneno.

No se duerma la voz. Sublévese en la fragua.
Arda con las palabras. Agítese en su mástil
Encónese hasta el grito que quema
la garganta.

O vuelva el hombre a su caverna,
a su aprisco de mugre,
a su naufragio, al páramo de sal
hasta secarse.


EN RESUMIDAS CUENTAS

Si te preguntan
por risueñores, fuentes, niños y campanas
diles que sin jaulas ni muros ni fusiles
alegraron sus voces la piel intacta
de tus predios.

Si te preguntan
por la orfandad, la voz del pozo
y el grito de las arenas fijas,
desempolva tus máscaras de fiesta,
desata tu mejor sonrisa,
canta, miente, reta...
hasta encerrar lo inútil de saberte
testigo y parte de la culpa,
extranjera, distinta, invertebrada, partícipe y ajena.


VIENTO SUR

¿Por qué rumbo mordido por las sombras
anda el viento arañando la piel de las ausencias?
Yo lo escucho aullar en las noches sin prisa,
lo imagino siguiendo el rastro de las hienas
que ríen y babean por sus predios.

Yo lo he visto pasar entre las huellas
de todos los que son y los que fueron.
Yo lo he visto medrar por las esquinas
de ángeles, de niños y poetas.
Conozco su raíz de yerba amarga,
su trajinar sin puerto, su andadura inclemente
por la armazón del hoy
y el mudo calcinar del siempre.

Es el viento amigo del lamento, del lodo
de la lágrima,
de la palabra nunca y del naufragio.
El de la doble cara.
El que pasa encapuchado y torvo
asustándole el miedo a sus demonios.
El que nació del grito y creció
de espaldas a la fuente.
El que marca su signo en la tormenta.
El que decreta pactos con la noche y grita y bufa
y con la noche duerme.

El que una vez tajó la espalda
del rubio girasol vuelto a la luz,
como a la luz me vuelvo.


DÍA A DÍA

Aquí estamos.
Entre el Fue y el Será
y el Es que se rebela.
La mordida apretada y las manos
abiertas y vacías.

Aquí estamos.
Desde siempre.
Testigos de este hoy de filo y lanza
al que no cedo el regalo crecido
de la espera.


MAGIA

Nos fuimos juntas.
Atrás dejamos
toda la luz del trópico
ciñéndose
a tu verde exacto y fiel.

Ayer, un niño azul
me preguntó por mí, por ti,
por el nudo de cielo y tierra
que nos une.
No supe qué decirle.

¿Cómo explicarle a un niño
que con toda tu luz, tus verdes todos,
en ciclo astral seguimos juntas?
¿Cómo explicarle a un niño
la magia de las islas y el mito
de la ausencia?


QUIJOTE EN CASA

Si el corazón del tiempo
es una piedra,
la piedra es un volcán
y la hoguera una fiesta repetida,
¿quién tiene el monopolio de la ausencia,
el lugar exacto del naufragio
y el borde más hambriento de la herida?

Se agranda el círculo, cruje la interrogante
y yo, sin molinos de viento
me niego a ser esquirla de cristal.

Si vamos a quedar entre las ruinas
mejor gritar a pulmón lleno.
Si vamos a quedar,
que cada cual embride su miseria,
incinere perezas herrumbrosas,
azuce el hambre, espante el miedo,
desate a Rocinante y se atreva a soñar.


DE NOCHES Y DE ENCUENTROS

Se empecina la noche
en ser a toda costa, noche.
Echada como aguijón de avispa
sobre la gota insomne del recuerdo
se fragmenta en cristales
y en puntos suspensivos
sin respuestas.

Yo,
para tajar de un solo golpe
su plaga de rencor oscuro,
ahuyento brujas,
arranco los yerbajos de la ausencia,
planto, cosecho a sangre y agua,
arraso muros y revivo muertos.

Luego,
horneo el pan de cada día,
rescato la sonrisa: creo.
Abrazo al sol, desnudo la palabra,
transito orilla a orilla las devastadas sombras...
y me encuentro.


RETO

No les concedo Islas la venganza
de quebrar una a una mis esquinas,
ni de clavarme en cruz a las espinas
ni de teñir de sombras la esperanza.

No voy a darle tregua al insidioso
desovillar a saltos del destino,
ni a su fuga tenaz por un camino
de espaldas siempre y siempre mentiroso.

No voy a renunciar a mi estatura,
ni a la raíz febril de mi andadura,
ni al pabellón que la paciencia tiene.
Las reto desde el vórtice y el fuego.
Desde la fe, desde la cruz y el ruego.
Desde el legado azul que me sostiene.



© 2014 Amelia del Castillo
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